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Al final de una vida
Cómo familiarizarnos con la muerte como parte de la vida y disponer de herramientas para vivir el final de nuestra vida o de la vida de otras personas cercanas con sosiego, conciencia y en plenitud.
Muchas personas no estamos familiarizadas con la muerte. En unas sociedades como las occidentales en que actualmente vivimos de espaldas a la muerte, tan solo leer la palabra es posible que nos llene de inquietud o miedo. Sin embargo es un hecho natural al que vamos a enfrentarnos en algún momento acompañando a personas cercanas y de manera ineludible al final de nuestra propia vida.
Conocer de forma natural y abierta sobre el proceso de morir, familiarizarnos con la idea de que todos algún día vamos a morir, nos da herramientas y sabiduría para abordar ese momento, así como para vivir plenamente nuestra existencia, aportándonos una perspectiva más amplia y valiosa de la vida humana y su sentido. en un reconectar con los valores como la paz, el amor o la compasión.
Más allá de desconcierto y las emociones, en ocasiones desbordadas, que podemos experimentar, al final de la vida se nos presenta una ocasión única de humanidad y reconciliación con nosotros mismo y los demás que requiere una preparación y una apertura que todas las personas tenemos el potencial de realizar.
Qué experiencia tenemos
Maestros y meditadores budistas han profundizado largo tiempo la experiencia consciente de la muerte, llegando a atesorar un valioso conocimiento respecto a la conciencia en el proceso de morir y en estados muy profundos de meditación y en la entrada al sueño.
Así mismo en el budismo, comprender la impermanencia y la muerte de todo lo que vivimos es un aspecto clave y se dispone de abundantes métodos para trabajar estos aspectos a través del estudio, el análisis, la meditación y la observación en el día a día.
Existen varios niveles de conocimiento respecto al final de la vida, desde los más básicos para personas que empiezan a acercarse al tema hasta libros de referencia mundial con un conocimiento avanzado como el Libro Tibetano de los Muertos.
En muchos aspectos, la experiencia de la tradición budista respecto al vivir y morir te puede ser de utilidad a cualquier persona, aportando nuevas perspectivas, conocimiento y reflexión a tu propia experiencia personal.
Estamos ante un tema universal que todos los seres humanos afrontamos.
Reflexión
Un aprendizajevalioso
Aprender a vivir, aprender a morir
La vida es transitoria y muy frágil. La vida cambia en el transcurso de tan solo un año, un mes, una semana, un día, una hora, un minuto y, también de segundo en segundo. La vida cambia con mucha rapidez y nosotros vamos envejeciendo con cada uno de esos breves instantes. Tratar de ignorar la transitoriedad de la vida, cerrar los ojos a su verdadera naturaleza e intentar disfrazar el modo en que aparece a los ojos de los demás, quienes, a su vez, en un vano intento, juegan al mismo juego, son actitudes erróneas.
Ninguna de estas actitudes está a la altura del potencial de la mente humana y además el hecho de estar convencido de ello no está en consonancia con el propósito del renacimiento humano desde la visión del dharma.
Las enseñanzas budistas acerca de la muerte y la transitoridedad son muy provechosas, pues nos hacen recordar la muerte, con lo cual, nuestra mente tendrá presentes los cambios que nos ocurren continuamente, recordará cuán breve es la vida humana y cómo se acorta en cada momento.
Si recordamos la transitoriedad y la muerte evitaremos que surjan estados mentales negativos temporales como la avaricia, la ignorancia, el odio, el orgullo, los celos y demás estados mentales que causan desasosiego, sufrimiento y confusión, y ello se logrará gracias a la especial consideración que generamos hacia la muerte y la brevedad de la vida humana. Por ello resulta tan útil para pacificar nuestra mente, incluso en el momento presente.
Las desventajas de no recordar la muerte consisten en que no recordaremos el dharma, que es el único método de acabar con el miedo que nos produce la muerte. Si no recordamos la muerte, no la consideramos y si no consideramos la muerte, nos aferraremos con fuerza a las comodidades de esta vida y dedicaremos la mayor parte de nuestro tiempo tan solo a buscar el bienestar.
Cuando revisamos nuestra vida y los momentos significativos que ya han pasado, con una perspectiva de que nuestra vida poco a poco se va acercando a su fin, quizás nos podríamos preguntar: ¿De qué ha servido mi vida? Que cosas he conseguido, ¿qué sentido ha tenido?
Quizás recordaremos momentos de dolor y de alegría, de decisiones que no quisimos tomar, de lo preocupados que estábamos de conseguir cosas, éxitos sociales y casi nunca tuvimos tiempo para dedicarlo a nuestro propio conocimiento interior, ni al dharma, ni para compartir con las personas que queríamos y apreciábamos. Comprender que toda mi vida fue lo que no debía haber sido, puede incrementar nuestro dolor y nuestro miedo al morir, y haciendo muy difícil el dejarnos ir en el momento de la muerte.
Muchos de nosotros vamos aplazando la búsqueda de un sentido a nuestra vida. Quizás busquemos un sentido a nuestra vida pensando en que el sentido únicamente podríamos encontrarlo dedicando nuestra vida a tareas con una enorme entrega social o quizás al desarrollo de proyectos de gran resonancia en nuestro entorno. Podríamos pensar entonces que nuestra vida cotidiana que llevamos yendo a trabajar, llevando a nuestros hijos a la escuela, yendo al mercado a comprar la comida etc, poco o ningún sentido tiene.
Si creemos que vamos a vivir siempre, tanto nosotros como las personas que queremos, pondremos nuestra atención en los altibajos de la existencia cotidiana y dejaremos que agoten todo nuestro tiempo y energía. Si olvidamos que nuestra vida es finita y por lo tanto preciosa, no nos dedicaremos a ningún propósito que vaya más allá de la satisfacción de las necesidades inmediatas y de la gratificación personal. Al aferrarnos a las cosas inapropiadas, desperdiciaremos nuestro potencial y nos encaminaremos hacia la muerte con las manos vacías.
Andreu
Facilitador de la actividad Aprender a vivir, aprender a morir
Recursos
Actividades y cursos para vivir de forma consciente el proceso al final de la vida.
Introspección y paz
Meditación
La meditación facilita la introspección y el recogimiento que es una necesidad que posiblemente nos surja al final de la vida.
Así mismo, puede ayudarnos a aquietar la inquietud de la mente y afrontar de forma positiva las emociones y estados de ánimos que pueden surgen en este momento.
Preparación al final de la vida
Cursos
Desde el centro ponemos a tu disposición cursos específicos de preparación para acercarse a la muerte sin temor y preparación para acompañamiento a enfermos facilitados por Potala Hospice.
Potala Hospice es una organización asociada a Luz de Nagarjuna a través de la FPMT en España. Te invitamos a conocer el contenido de los cursos y a contactarnos para prever próximas fechas.
Filosofía budista
Cursos y programas
Ofrecen el conocimiento y la experiencia sobre el desarrollo de la mente y el trabajo interior compasivo desde la visión budista. En ellos encontrarás módulos específicos que abordan la impermanencia, el sentido de la vida humana y la prespectiva de la muerte sobre la que eruditos y expertos meditadores indotibetanos han profundizado a lo largo de 2.600 años.