Según la psicología budista, la forma  efectiva de trabajar con las emociones destructivas es mediante una especie de “camino medio” entre las dos formas inadecuadas de trabajar con ellas (dos extremos a evitar): el primero,reprimir o negar nuestras emociones; el segundo, dejar que nuestra mente sea controlada por las emociones y actúe bajo su influencia.

Este «camino medio»de trabajar con las emociones implica reconocer su existencia (por ejemplo, admitir que estamos enfadados cuando lo estamos), de esta forma, evitamos el reprimirlas y trabajar con ellas desde el interior de nuestra mente, ya sea para disolverlas o para transformar la mente en un estado más positivo, de esta forma, evitamos actuar bajo su influencia. Utilizando este “camino medio” evitaremos tanto dañarnos a nosotros mismos como dañar a otros.

¿Porqué podemos disolver las emociones dañinas (como el enfado o el apego)? Porque esta emoción no es algo sólido que exista por si mismo, la emoción dañina es una concepción distorsionada y una forma errónea de reaccionar ante las cosas, un engaño. No es una forma inteligente ni hábil de reaccionar ante ninguna situación ya que produce sufrimiento, a nosotros mismos y a los demás. No aguantan el razonamiento lógico y se pueden disolver con inteligencia, sabiduría y atención. A diferencia de las  emociones dañinas, emociones y estados interiores como el amor o la compasión no se debilitan con el razonamiento y el análisis, crecen y se fortalecen.

La meditación es la técnica base para realizar este trabajo. Cuando se deja reposar la mente de forma natural, sin reaccionar, la mente se calma y el volumen de pensamientos y emociones se reduce.  Desde esa calma incipiente se puede investigar, contactar con las emociones y conceptos para ver su estado y transformarlo a través de la argumentación y el análisis.

Cómo proponemos trabajar con las emociones:
1. Reconocer e identificar las emociones. En ocasiones nuestra mente es como una espesa selva de pensamientos y emociones perturbadoras; y resulta duro observar lo que está pasando realmente. Con atención plena, honestidad e inteligencia discriminadora podemos comenzar a identificar qué es qué: “Esto es enfado; esto es deseo; esto es miedo; etc.” Una vez que sepamos a lo que nos enfrentamos, podemos elegir los métodos apropiados.
2. Tener una actitud saludable y equilibrada hacia nuestras emociones. En las actitudes a evitar se incluye la culpa, el odio hacia uno mismo o autocriticismo sin sentido e identificarse con la emoción, por ejemplo pensar: “Yo soy mi enfado”, que nos conducen a estar obsesionados y a actuar bajo la influencia de esta emoción destructiva. Podríamos evitar esto por medio de recordar que los engaños son impermanentes, van y vienen dentro de nuestra mente como si fuesen nubes en el cielo, sin ser nuestra verdadera naturaleza. La verdadera naturaleza de la mente es pura, libre de engaños, como un cielo claro y sin nubes.
3. Trabajar con la emoción durante la meditación, utilizando uno o más antídotos, actitudes mentales positivas opuestas a la emoción que nos domina es ese momento. Un ejemplo, lo opuesto al enfado es la paciencia, la compasión y el amor. Y en un segundo nivel razonar y hallar la convicción de las desventajas que esa emoción dañina tiene en nuestra vida.

La motivación básica para ponernos a realizar este trabajo interior es darnos cuenta,que nosotros, igual que todos los seres, estamos sufriendo llevados por esas emociones y que lo que realmente queremos es ser felices.